A pesar de que estos días hace frío, ayer el señor del tiempo nos regalo un día de “guevos fritos”. No era para salir en pantalones cortos, pero si para dar una vuelta.
Y a eso que fuimos.
Mi media mandarina llevaba algún tiempo queriendo ir a Thun.
Thun (en francés Thoune) es una ciudad y comuna suiza del cantón de Berna, capital del distrito administrativo de Thun. Thun es la tercera ciudad más poblada del cantón de Berna, y es el principal centro urbano del Oberland bernés.

Para ir cogimos un tren directo desde Zürich HB sobre las 9:00 y llegaba a eso del as 10:30

No era mal horario. Así podia descansar durante el viaje. No me había preparado mucho lo que me iba a entrar allí, pero mi intención era despejar la cabeza un poco de la semana de trabajo. Os puedo decir que el pueblo me sorprendió. En una de mis próximas vidas pienso pasar un par de años viviendo en el.
Lo primero que hicimos nada mas llegar es hacernos con un mapa.

Con el mapa en las manos nos dimos cuenta de algo que ya me había comentado Ociore, el pueblo era pequeñito. Genial, eso quiere decir que tendremos tiempo para descansar y tomárnoslo con calma (que equivocado estaba)
Entramos a la parte antigua de la cuidad por un puente de madera que hace las veces de presa.

nos llamó la atención la construcción y también el color ya la transparencia del agua. Cruzando el puente nos dimos cuenta de la belleza de este pueblo.

.. y a medida que nos fijábamos nos quedábamos mas aluzinados.

Que vistas mas impresionantes. Creo que fue el momento que decidimos dos cosas:
- Ibamos a dar un paseo y disfrutar de las vistas.
- Había que volver otra vez a Thun.
Aún con la impresión de las vistas decidimos que al menos había que intentar perderse por el pueblo. Ociore quería ver el castillo, así que utilizamos la técnica de “para que mirar el mapa”. Vamos a andar hasta que encontremos el castillo. Si, vale, que el castillo en un pueblo pequeño era la cosa grande esa arriba de la montaña. Pero si hacíamos caso omiso de eso lo mismo nos encontramos algo mas.
Entre los paseos pasamos por el Flea Market.

Estaba situado en la plaza donde todos las cafeterias estaban, entre eso y que hacía solecito se veía mucho movimiento (para un pueblo de Suiza de 42.000 habitantes en un fin de semana)
Encontramos también una pequeña calle con un montón de tiendecitas muy entrañables, pero no nos paramos. Recordad que queríamos llegar al castillo.


y si que llegamos, que alto estaba el #%!#^.

No entramos a visitarlo por que el horario era de 1 a 4 (lo mas normal del mundo, a que si). Os he mencionado antes que tenemos que volver otra vez, +1 para las excusas. Hay que visitar el castillo. Bajamos y buscamos un sitio para comer.
Después de descansar un poco nos dimos otra vuelta por el pueblo. Esta vez prestando mas atención. Encontramos una tienda muy chula. Catlovers se llamaba.

tenían un montón de cosas de decoración con el tema principal de GATOS (a que no lo habíais pensado)

fue una lucha titánica, pero conseguí que Ociore saliera de la tienda (y con solo una cosa)
Seguimos andando y encontramos lo que cariñosamente llamamos el “paseo del colesterol”. El “paseo del colesterol” es la ruta que la gente toma cuando el medico te receta que tienes que bajar el colesterol. Vamos, un paseo que incita a andar.

Ala.. y para allá que nos fuimos. Teníamos curiosidad por ver donde terminaba. Ociore decía que si seguimos todo el paseo dábamos la vuelta al lago. Yo, dado los víveres que llevábamos (2 chocolatinas) pensé que probablemente no sobrevivíamos. Habría que parar antes.

2 Km mas tarde y con un dolor de pies impresionante pensamos que ya era hora de volver a la estación.

Os puedo decir que en el paseo tuvimos envidia de todos los que tenían casas en esa zona. Levantarse por la mañana y ver estas vistas era alucinante.
Volvimos a casa a descansar. Nos habíamos dado una paliza, pero mereció la pena.
