Cuando ando por las calles de siempre busco tu recuerdo en los abarrotados escaparates de las grandes marcas. Colores y luces que más que dar vida generan una sensación de frialdad. Los ruidos y sensaciones de los solitarios vagones de tren en esos viajes interminables poco a poco han dejado de recordarnos lo que un día fue.

 

A veces me pregunto si en el diario ajetreo de esta desenfrenada vida alguien alguna ves se detiene a contemplar las luces y los reflejos.

 

 

A veces me pregunto si realmente aquellos que voluntariamente decidimos andar en la vida fuera del agresivo caudal del río que algunos llaman «gran ciudad» no somos mas que pequeñas sombras que una y otra vez pasan sin mas desapercibidas esperando que alguien les dedique una sonrisa.