Comienza el día como otro cualquiera. Bueno exactamente como otro cualquiera no.

mira que me gustan los botones, pero hay cosas que nunca pensé que lo llevarían. Parece que se llama Toto. No se que tal suena en japonés, pero en español decir que estoy esperando al fontanero para que me arregle el toto, pues no se. Bueno, corramos un tupido velo.

Misteriosamente el Jet lag había sido bueno con nosotros. Creo que la paliza del día anterior había contribuido en alguna medida a ello.

Hoy nos tocaba un día un poco «desorganizado» sinceramente no habíamos pensado mucho mas allá de ver Tokyo. Así que improvisamos algo con ayuda de la recepción del hotel. Ya se que normalmente es bueno llevar organizadas las visitas, pero la verdad es que no había tenido mucho tiempo para preparar algunas partes del viaje.

Parece que la decisión era ver la zona por la que íbamos a pasar era Ginza. Que además se encontraba a una distancia mas o menos razonable del hotel. Teníamos aviso de no estar muy lejos de una zona cubierta ya que un tifón amenazaba con pasar por Tokyo.

Nos llamaba la atención todo. En especial nos llamó la atención los escaparates de los restaurantes. 

Aunque no lo parezca son reproducciones en resina de comida. Se utiliza como presentación de los platos que se sirven en el restaurante. No éramos conscientes lo útiles que nos iban a resultar a la hora de buscar cosas para comer. Es mucho mas visual que leer un menú. Tampoco éramos conscientes de los común que era en los restaurantes encontrarte expuestos los platos de esta forma. 

Subimos al varios edificios de tiendas. No para comprar nada, sino para admirar las vistas.

hicimos las visitas obligadas.

y después decidimos volver a alguna zona conocida. Todavía no nos sentíamos muy seguros a la hora de movernos y estar por sitios conocidos nos ayudaba a ello. Akihabara fue el barrio seleccionado. Yo me quede con ganas de verlo en profundidad el día anterior, pero la verdad es que iba muy cansado.

entre idas y venidas se nos hizo la hora de cenar. Quedamos a cenar con Zordor. Nos llevó a un sitio muy chulo. Tu ibas eligiendo los platos de una rueda continua por los que pasaban muchos. A la hora de pagar lo hacías por platos. Cada 5 platos entrabas en un sorteo para un premio, y yo me lleve el mío.

https://luy.orcasitas.com/2013/10/07/recuerdo-de-mi-viaje/

me hizo mucha ilusión. 

En el sitio encontré una máquina alucinante. Creo que un video vale mas que 1000 palabras.

como dice Ociore, si se enteran de esto en Dublín las prohiben. Una máquina que sirve pintas de cerveza automaticamente. La ostia.! 

Cansados y todavía alucinando por todo volvimos al hotel. Al día siguiente nos espera aún mas.