Llega el tiempo de amor, paz y postales..
Aunque siempre es Rocío la que termina mandándolas me encanta ver las postales de navidad. Supongo que es uno de los pocos momentos del año en que llegan cartas que no son de mis amigos «la luz», «el banco», «publicidad». Mientras estaba en Madrid, la navidad era la única época del año en las que me fijaba en esas cosas (me refiero a las postales).
Mi estancia en Londres y Dublín me hicieron ver que las convenciones sociales establecidas allí implicaban que el gesto de apreciación mas «políticamente correcto» era una postal. Vamos que en vez de un «digaselo con flores» aquí tienen un digaselo con tarjetas.
La única pega que le veía a esa lógica era. Con todo lo que tenemos que decir .. como vamos a usar postales.
Craso error… En Dublín (y en Londres) tenemos las Cards Shops, tiendas con el único propósito en la vida de generar tarjetas para todas las situaciones posible e imaginables.
Que se casan nuestros amigos «gays» … pues podemos felicitarles..

Que es una ceremonia civil… tambien..

Si vas a tener un nene..

o incluso si van a ser dos..
bautizos…

compromisos…

Cuando alguien encuentra un nuevo curro..
o cuando alguien se va..
La verdad es que es algo curioso. Supongo que para la gente que le resulte un poco mas difícil decir las cosas este tipo de «ayudas» estan muy bien.