Qué hacer un tranquilo sábado cualquiera.. pues ir a visitar un búnker nuclear. Que suena muy cool.
Me parece curioso que una de las notas características de este país sean sus búnkeres.
Si hablamos de Lucerna todo el mundo pensará en el lago, en el león o su museo del transporte. Pero .. ¿un búnker?
Pues sí, en Lucerna, sobre el túnel de Sonnenberg se encuentra uno de los búnkers civiles más grandes que existe en suiza. Y claro .. hay que ir a verlo. La visitas se pueden contratar en inglés. Hay que pedir la cita con antelación, pero aquí tenéis toda la información al respecto.
Nosotros quedamos con el guía por la mañana. La idea era hacer la visita y luego dar una vuelta por Lucerna. Cogimos el tren desde Thalwil hasta Lucerna. Habíamos quedado con algunos amigos en el tren de ida. Esto de tener horarios fijos hace muy fácil coincidir en un tren. Una vez llegamos a Lucerna el guía nos llevó hasta la entrada del búnker.
Si no me lo dicen, me puedo imaginar cualquier cosa, pero no que eso era la entrada a un búnker subterráneo. La visita dura aproximadamente dos horas. Y vas andando por los túneles mientras te cuenta un poco los diferentes problemas que generan una infraestructura de esa índole.
El diseño inicial del búnker era para unas 20.000 personas (sí .. se dice pronto…) y debía ser capaz de ser autosuficiente por, aproximadamente, unas dos semanas. El búnker está construido encima de un túnel que ahora mismo se utiliza de autopista (de hecho el túnel en sí es parte del búnker) y en caso de “problemitas nucleares” ambos túneles serían sellados con unas puertas “corredizas” diseñadas para aguantar una explosión nuclear (son de unos 1.5 metros de ancho y pesan unas 350 toneladas). Vamos.. no muy fácil de mover.
El túnel de entrada parece una boca de metro. Un poco más estrecha. Se puede andar fácilmente y no es muy claustrofóbica. A lo largo del túnel podemos ver una serie de frases, según nos contaban fue parte de una exposición que se hizo allí hace algunos años.
La guía nos iba contando para que se usaba algunas de las infraestructura que tenían. Por ejemplo había una serie de grúas para poder llevar el material para montar camas y demás utensilios.
La verdad es que todo parecía bastante alucinante. Muchas de las cosas que había dentro no era directamente del búnker, sino de las infraestructuras posteriores a la fabricación del túnel. Pero aun asi impresionaba.
No me hacía una idea de como debía plantearse la vida una vez que estás allí dentro (mientras fuera empieza la guerra fría) pero los carteles de la exposición intentaban darte una idea de como debía ser la cosa.
Parece divertido, pero imaginar 20.000 personas compartiendo ese espacio…. pues apretados iban a estar un poco. Esta es la zona donde tendrían las camas:
… y los baños era muy acogedores.
Sí, ya se que la cosa fuera iba a estar mucho peor, pero imaginad que en ese espacio había que estar 2 semanas. La guía no dejaba de repetir que era compilcado hacerse a la idea. Incluso para el grupo que íbamos de gente en la visita (que no éramos más de unos 15 o 20) nos estorbábamos al andar y el ruido era un poco inaguantable. Si eso lo multiplicas, creo que después de 2 semanas alguno que otro estaría deseando ir fuera sólo por la idea de estar tranquilo.
Aparte de duchas y letrinas también se necesitaba una zona donde poder gestionar la crisis y donde coordinar los diferentes equipos.
Coordinación y estancia. Pero claro.. en el tiempo que estaban allí también hay que tener en cuenta que la gente va a poner mala o que puede que haya que operar a alguien. Asi que tenían también salas de operaciones completamente equipadas.
Y algo habrá que comer.. ¿no? Normalmente en Suiza se exige que tengas una serie de alimentos listos para este tipo de situaciones. Sí, hay que estar preparado (o había que estar preparados). En el bú,nker había agua, alimentos para el tiempo que se iba a estar allí.
Ahora, eso sí… creo que no tenían muchos miramientos con el temas de las alergias o las dietas, porque literalmente en los botes dice “Comida de supervivencia – Desayuno” y “Comida de supervivencia – Almuezo y cena”. Al menos sabías que había diferencia, pero aparte de eso no te ponía qué conteníacada bote… y mira que lo miramos.
El coste total de esta infraestructura, en su momento, fue de unos 32 millones de francos y la pregunta es… ¿Realmente sirve para algo? Pues según nos planteaba la guía, la idea era la siguiente: Tú estabas en casa, tranquilamente, y te llega un aviso de que hay un misil llegando al país … No sé con cuánto tiempo de antelación te avisarán, pero pongamos que 30 minutos. Así que en 30 minutos hay que:
- Mover a 20.000 personas dentro del búnker.
- Cerrar las puertas (que si no, hay corriente ;-))
Vamos.. sólo con esas 2 creo que ya te puedes hacer una idea de las probabilidades de éxito que tiene el proyecto. De hecho, en 1987 se llevó a cabo la «Operación Hormiga» que puso en entredicho la viabilidad del proyecto. Hubo muchos problemas, entre ellos (se cuenta, se dice, se rumorea) que las puertas no pudieron cerrarse por completo. Y eso que la prueba se hizo con un número considerablemente más reducido que el esperado.
Ahora mismo el búnker tiene otros usos, y su capacidad es razonablemente más realista (unas 2000 personas), pero no sé si la gente se uniría.
¿Y por qué me acorde de esta visita?. Pues hace unos días tuvimos la prueba anual de las sirenas en Suiza
Y claro.. me acordé (aunque Lucerna me pilla lejos)
Maravillosa Lucerna, todo lo que encontré allí me pareció fantástico.
🌹
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